Hace
unas semanas, dediqué una entrada a una actividad para
practicar la comprensión oral a través del dibujo.
Como
soy una pesada de todo lo
creativo y de la importancia del fomento de la imaginación, y a pesar de que
habrá quién me acuse de pintamonas
que descuida la gramática y la ortografía en pro de una
caja de ceras, vuelvo con una muy parecida.
El
fin de semana pasado se celebró en mi ciudad actual, Zaragoza,
la Feria CREATIVA, y yo, que en un principio sólo iba a por
agujas de punto, acabé recopilando folletos de todo stand
posible y sobrepasando con creces mi presupuesto estipulado para la
semana. Cuando ya creía haberlo visto todo, me quedé
prendada de esto:
Los ya duchos en asuntos de manualidades (qué poco me
gusta esa palabra) pensaréis que menuda novedad, el Fimo, la
Arcilla Polimérica o la plastilina de toda la vida. A
diferencia de todo esto, el Jumping Clay es una arcilla que se seca
sin necesidad de cocerse en un horno. Hace tiempo hice un curso de
Kirei, otro tipo de arcilla que se seca sin cocción, pero no
me pareció demasiado fácil de modelar ni muy
recomendable para uso escolar.
A
los niños les chifla eso de poder crear una pequeña
escultura que no se chafe, ensucie o desmonte como pueda pasar con la
plastilina, y a nosotros, como profes, nos alivia la idea de no necesitar un horno a
mano para que se quede dura. ¡Y encima bota! (de ahí lo
de jumping).
No, no os habéis equivocado de blog, esto sigue siendo una entrada
dedicada a las actividades de enseñanza de E/LE, no un tributo
a Art Attack. Después de mirar, manosear y olisquear tan
maravilloso material, inmediatamente me acordé de la entrada
del blog relativa a la comprensión oral: ¿por qué
no expresar a través del modelado?
El
modelado cuenta con numerosos beneficios, especialmente para los
niños:
- Concentra y aumenta la capacidad de trabajo y atención en los alumnos.
- Desarrolla la motricidad fina: agilidad, fuerza y destreza.
- Desarrolla la imaginación y la creatividad.
María
Ligia Cifuentes, psicopedagoga de la Clínica Reina Sofía,
quien desarrolla actualmente el programa de psicopedagogía y
terapia lúdica con niños hospitalizados, comenta: “La
plastilina es un material con el que los niños tienen contacto
directo e inmediato; pues el hecho de que puedan moldearlo como
quieran y de forma rápida hace que se desarrolle mejor su
sistema propioceptivo, que es el que permite que la información
que el niño recoge a través de su cuerpo, la pueda
interiorizar y expresar. Así, sus procesos de aprendizaje se
facilitan posteriormente”.
“Uno
de los beneficios principales cuando se trabaja en grupo es que les
brinda la oportunidad de socializar con otros niños, porque se
ayudan mutuamente, se preguntan entre ellos cómo lograron
elaborar una figura, comparten sus avances, aprenden a trabajar en
grupo y tienen la posibilidad de ser escultores por momentos y de
explorar sus capacidades artísticas”.
Considera
que darle al niño la oportunidad de que juegue con plastilina
hace que al mismo se ponga retos a corto y largo plazo. “Cuando
empiezan a elaborar alguna figura, se dan cuenta de que no es tan
fácil y en esa medida, buscan opciones para moldear por pasos
cada una de las piezas que va a formarla”. (Vía:
www.tecno-edukacion.com)
Y
aquí mis propuestas:
- ACTIVIDAD 1: Comprensión Oral. Escuchar y modelar.
Al
igual que en un dictado tradicional, se trata de exponer un texto de
manera oral en el aula, adecuado al nivel de los alumnos, pero en
este caso éstos no escribirían los comprendido, lo
expresarían a través de la arcilla.
No
se trata de una actividad que practique la ortografía, es
decir, queremos que el alumno comprenda el significado de las
palabras, no su significante.
Ejemplo:
Si dictamos La
granja tenía una gran valla,
el alumno puede traducir como significado: Cerca
colocada alrededor de un lugar para cerrarlo, protegerlo o
delimitarlo,
pero
como significante: balla, baya o vaya.
Lo
esencial en la actividad es saber qué significa y no cómo
se escribe y, además, poderlo expresar.
- ACTIVIDAD 2: Comprensión lectora. Lee y modela.
Al
igual que en la anterior actividad, el alumno modelaría
aquello que ha entendido pero esta vez en un texto escrito, bien de
una pequeña lectura propuesta por el profesor (un fragmento de
un cuento, un poema, la estrofa de una canción...) muy útil
para practicar palabras que suenen o se escriban igual pero cuyo
significado varíe según el contexto (Juan
tuvo un tubo, y el tubo que tuvo se le rompió, y para
recuperar el tubo que tuvo, tuvo que comprar un tubo, igual al tubo
que tuvo) o
bien, si lo que queremos es practicar la ortografía,
escribiendo nosotros mismos una palabra o frase, por ejemplo, en una
pizarra (baca/vaca, baya/valla).
De
esta manera, trabajaríamos tanto significado como
significante, haciendo hincapié en palabras que por su
ortografía sean susceptibles de crear confusión o sean
homófonas (ahí/ay/hay o hierba/hierva).
De
vez en cuando está bien salirse
del lápiz y el cuaderno y aprender con los sentidos :)
Y si
queréis saber más sobre el Jumping Clay:
www.jumpingclay.es
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